A veces solo hace falta un día espléndido en una ascensión para que se quede grabada en el grupo una imágen, y la culpa, aquella vez, la tuvo el Culibillas.

Hace casi exactamente un año que ascendimos por el corredor Marchando una de Vermouth, y con un espectacular día como se aprecia en la imagen, gozamos de unas vistas muy generales de todo lo que ofrece el Valle de Tena en ascensiones. Y mira que habremos estado veces, pero nadie sabía como se llamaba esa espectacular cumbre que teníamos de camino a Peña Telera y que ninguno de los que nos encontrábamos en la cima había subido. Parecía inaccesible, pero no, una vez en el Club, buscando información, vimos que se podía ascender por muchas de sus caras y que existía una ruta para nuestras posibilidades.

El día esta vez no lo pudimos elegir. Era este fin de semana, sí o sí. Las previsiones eran de ir cubriéndose de nubes a medida que avanzaba el día, con posibilidad de nevadas débiles  por la tarde No se equivocaron ni una coma, solo añadir el vendaval, a veces rachas huracanadas que no nos dejaban avanzar en la ruta que tomamos al regreso (en rojo en la foto), más cómoda, pero más expuesta.

Tres horas de larga aproximación, con buena nieve, a ratos venteada y helada, nos conducían a la base del corredor que separa la Pala de Ip de la Punta Escarra.

Una vez superado, con nieve bién compactada para la época que estamos, nos enfrentamos a la parte más complicada de la ascensión, sobre todo porque no apreciábamos por dónde continuaba la ruta, debido a la nube que nos envolvía.

Tres zonas de mixto daban paso al último largo de nieve para acceder a la cumbre, a la que llegábamos a las 13’30 horas.

Después de cuatro gélidos rápeles, llegábamos a la cabecera del corredor. Lo destrepábamos, para retomar el camino de vuelta. Y esta vez, para evitar el canteo en ladera, fuimos por encima de todas las lomas que conducen a las pistas de Formigal, lo que se convirtió en una odisea debido a las fortísimas rachas de viento que soplaba en el cordal.

Después de doce horas de actividad estábamos de nuevo en el punto de partida.